Rondando Tu Casa II

Y bueno, ese día volví a tu casa una hora después. Es mas, al salir por cosas del destino, me encontré con un grupo de amigos “esquineando” y pasándola con una botella de ron y dándole a la guitarrita. Me llamaron y me pidieron mi versión del Even Flow que hace taaaanto tiempo nos acompaña en estas noches de chupeta. Pero yo solo queria saber si habias llegado. Nada mas. A pesar de tener a Eddie Vedder en mi garganta, te tenia a ti en mi cabeza.

Dos vasos de ron y un cigarro después, pude librarme de aquellos seres nocturnos con los cuales hace mucho tiempo no comparto toda una noche de bohemia. Les estoy al debe, muchachos, pero un dia de estos nos regularizamos con una buena. Tres minutos después estaba frente a tu puerta. No se porque dude en ese momento pero me llevo casi un minuto decidir tocar aquel amasijos de fierros viejos que cuidan la entrada de tu hogar.

Saliste.

Hermosa como siempre y mas bella que nunca para mi.

Veo que si usas el polo de Leuzemia que te regalé. Al menos para dormir pero algo es algo, no?. Tu buzito crema te da un aspecto algo infantil pero aquellas enormes caderas me invitan a soñar cosas no tan santas. Me haces pasar a tu casa, habito bueno que estamos formando ahora que no quieres ir a la mia. Te encontre repasando algo de Morfosintaxis. La verdad es que no se como puedes soportar esa carrera de Lingüística. Se que la encuentras tan aburrida como yo, pero tambien se que es lo unico que permite aferrarte a ese mundo universitario del que tanto te ilusionas. Tambien es una buena excusa para seguir viendo a tu enamorado, pero ese es otro tema.

Me sirves sopita caliente y comenzamos una charla sobre el Doctor Zhivago. Buena peli y aun mejor libro. Pero me dices que te quedaste sin ver casi una hora de la peli, asi que es mejor no revelarte el final de la historia de amor entre Yuri y Lara y Tanya. Te suena familiar? Pero he notado que estas demasiado fria a pesar de la sopita caliente. Y no hablo de tu temperatura corporal sino de tu trato hacia mi persona. Sabes que siempre soporte tus caprichos y malacrianzas para esto esta terminando de hartarme y cuando acabo mi cuarto cigarrillo, me paro y te digo que es hora de marcharme. Asientes con la cabeza y me acompañas a la puerta.

Y es ahí donde ocurre siempre todo. En tu puerta. Junto a las escaleras oscuras del callejón anexo a tu casa, sera la puerta el lugar que mas recordare cuando nos faltemos el uno al otro.

- Bueno, nos vemos pronto... Espero que la próxima vez... no mejor no digo nada...
- Dime, que pasa?
- Nada, no te preocupes
- Ah, ok
- Ojala la proxima vez dejes los monosílabos y esa frialdad... pareceria que te sobran los buenos amigos. La verdad que a mi no, asi que me dolera perderte...
- Este... oyeme... tranquilo, ya?... Nos vemos mañana mejor..
- No se si pueda venir a tu casa mañana... No le encuentro sentido. En mi casa me pueden maltratar igual, asi que me ahorro la caminata... jaja
- Sabes... es cierto... te he estado tratando mal... pero no se porque lo hago... soy una niña estupida... no se que me pasa... ayudame, quieres. Solo... solo...
- Ya, ya... calma bebe, calma. No pasa nada. (abrazandola) Tranquila, tranquila...

Mis manos no pueden evitar ingresar en el cúmulo de sus cabellos ensortijados, mientras mis brazos la sostienen como si de ello dependiera mi vida. La tengo en mis brazos, sintiendo los latidos de su corazon, que aun pertenecen a otro, pero que diablos, ahora esta en mis brazos llorando, y soy yo quien recibe ese rocio salobre y amargo que emanan de sus ojos. Mis dedos recogen las lagrimas antes de nacer y juegan con su bella naricilla antes de estampar un beso en sus mejillas y uno mas grande en su frente.

Eres una chica fuerte... pero la tristeza la llevas pegada a tu alma como la sombra a la pared