Rondando Tu Casa

Acabo de llegar de rondar tu casa una vez mas. No se que fuerza demoniaca me saca de mi habitación y me hace visitarte. Lo peor de todo es que el resultado lo se de antemano y aun asi, decido confirmar lo que no necesita confirmación. Toco la puerta de tu casa. Sentados en la vetusta mesa rectangular, tu abuelo, absorto en sus pensamientos con el torso desnudo y tu abuela lidiando una batalla singular con cebollas y zanahorias.

La encargada de abrirme la puerta esta vez es tu tía Flor. Curioso caso donde tu tía es menor que tu por seis años, pero ya con un vástago en sus espaldas. Creo que Flor ya entendió como es este asunto de ser madre, pues me mira con dulzura infinita y con pena inmensa al saber ya las clásicas preguntas y respuestas que nos lanzaremos a continuación.

- Hola Florcita... este... Kelly está?
- No... ella no ha llegado... disculpa...
- Que raro? Si me dijo que viniera a esta hora?... Este... y ayer tampoco no estuvo, no?
Porque me dijo que no iba a estar... creo, no?
- No, no la vemos desde el jueves. Seguramente vendra el domingo.
- Ah ya... este... son las diez, a las once me doy otra vuelta pues... tal vez venga. Supongo
estara donde su tia, no?
- Tu sabes donde esta, Alexis. Y bueno, si quieres te das otra vuelta...

Si, claro que se donde esta. Pero sobretodo se donde no esta.

No esta conmigo.